La indiferencia puede ser más dura que cualquier competencia. A sus 16 años, Pía Manzano, multicampeona argentina de ciclismo de ruta y pista, enfrenta la dura realidad de seguir creciendo en el deporte que domina sin el respaldo económico y logístico que merece.
Su última gran frustración fue en los Juegos Binacionales de Chile. En los Juegos Evita de Mar del Plata, Pía logró medallas, pero sufrió la rotura de su bicicleta en la última competencia. Sin una máquina en condiciones, quedó imposibilitada de participar en los Binacionales, perdiéndose la oportunidad de sumar nuevas medallas para San Juan.
Su padre, Miguel Manzano, es quien más sufre la situación:
“Vendimos empanadas, rematé bicis viejas, y aun así Pía ganó todo. Pero volver a San Juan fue sin comer nada, porque volvimos secos. Así cuesta. Así duele”, relató.
Pía necesita no solo una bicicleta de calidad comparable a la de sus rivales, sino también apoyo económico para cubrir traslados y estadía, especialmente de cara a su próxima meta: la Vuelta de Uruguay en diciembre. Solo el pasaje ronda los 400 mil pesos, y aunque la estadía fue ofrecida por amigos uruguayos, la falta de recursos pone en riesgo su participación.
A pesar de estas dificultades, Pía sigue demostrando su talento y compromiso:
“Da ventajas en una bici de aluminio contra las de carbono, pero aún así ella gana. Es protagonista y siempre orgullosamente defiende Chimbas y San Juan en todos lados”, aseguró su padre.
La joven ciclista representa una de las promesas más sólidas del ciclismo sanjuanino, con proyección nacional e internacional. Sin embargo, la falta de apoyo de instituciones locales y organismos deportivos la coloca en una situación crítica: triunfar en cada competencia requiere más que talento, necesita recursos y acompañamiento.
Pía Manzano sigue entrenando y compitiendo, pese a las adversidades, pero su futuro depende de que autoridades y sponsors comprendan que una campeona de su calibre merece respaldo, no indiferencia.
Fuente: Diario de Cuyo